Un implante dental bien planificado puede durar muchos años. Pero, igual que los dientes naturales, necesita encías sanas y revisiones periódicas. Cuando los tejidos que rodean al implante se inflaman y empiezan a perder soporte óseo, hablamos de periimplantitis. Detectarla a tiempo marca la diferencia entre salvar o perder el implante.
Un implante dental bien planificado puede durar muchos años. Pero, igual que los dientes naturales, necesita encías sanas y revisiones periódicas. Cuando los tejidos que rodean al implante se inflaman y empiezan a perder soporte óseo, hablamos de periimplantitis. Detectarla a tiempo marca la diferencia entre salvar o perder el implante.
En CEID Clínicas Dentales (Barcelona) combinamos diagnóstico digital, periodoncia avanzada y cirugía regenerativa para frenar la enfermedad y devolver estabilidad a tus implantes.
¿Gingivitis periimplantaria o periimplantitis?
No todo enrojecimiento es periimplantitis.
Mucositis periimplantaria: inflamación superficial de la encía alrededor del implante. No hay pérdida de hueso. Con higiene profesional y pautas en casa, revierte.
Periimplantitis: además de inflamación, existe pérdida ósea alrededor del implante. Requiere tratamiento específico y seguimiento estrecho.
Señales de alerta que no debes ignorar
Encía enrojecida o que sangra al cepillar alrededor del implante.
Mal sabor u olor, supuración puntual.
Sensación de presión o molestia al morder.
Cambio en la estética: margen que baja, “huecos negros”, exposición del tornillo.
Movilidad de la prótesis atornillada o del propio implante (urgencia).
Ante cualquiera de estos signos, pide una valoración. Cuanto antes actuemos, mejor pronóstico.
¿Por qué aparece?
Las causas suelen ser multifactoriales: placa bacteriana retenida, exceso de cemento tras la colocación, diseño poco higienizable, tabaco, diabetes descompensada, bruxismo sin férula o falta de mantenimiento profesional.
¿Cómo la diagnosticamos en CEID?
Exploración clínica con sondaje alrededor del implante.
Fotografía y escáner intraoral para ver contornos, tornillos y acceso a higiene.
Radiografía/CBCT para valorar pérdida ósea y el tipo de defecto.
Plan individual: saneamiento + control de factores de riesgo.
Tratamiento paso a paso (según severidad)
1) Descontaminación y mantenimiento intensivo
Para mucositis o periimplantitis incipiente.
Limpieza mecánica y descontaminación del titanio (airflow/puntas específicas).
Retirada de excesos de cemento y ajuste oclusal si sobrecarga.
Pauta de higiene: cepillos interproximales, irrigador, gel de clorhexidina por tiempo limitado.
2) Cirugía de acceso y remodelado
Cuando hay bolsas profundas o el acceso es difícil:
Levantamiento de colgajo, limpieza del biofilm y pulido del implante.
Corrección del contorno para facilitar la higiene y cierre sin tensión.
Si hay dehiscencia, podemos colocar biomateriales para estabilizar el tejido.
3) Regeneración ósea guiada
En defectos contenidos, añadimos hueso/colágeno y membrana para recuperar soporte. No todos los casos son candidatos; lo valoramos con CBCT.
4) Rehabilitación protésica o recambio
Si la prótesis no permite limpiar bien o hay mal diseño de emergencia, planteamos nuevo pilar/corona o incluso cambio de protocolo (p. ej., pasar a una restauración atornillada higienizable).
En casos avanzados con imposibilidad de control, puede ser más seguro retirar el implante y replanificar (injerto y nuevo implante/All-on-X).
¿Se puede prevenir?
Sí, y es la mejor “terapia” posible.
Higiene diaria eficiente: cepillado por superficies, cepillos interproximales adecuados al espacio, irrigador si lo indicasmos.
Revisiones periódicas cada 3–6 meses el primer año y luego personalizadas.
Férula de descarga si existe bruxismo.
Tabaco y control glucémico: cuanto menos humo y mejor control, mejor pronóstico.
Preguntas frecuentes
¿Puedo “perder” el implante por periimplantitis?
Si dejamos avanzar la infección y el hueso se reabsorbe, sí. Con tratamiento precoz y mantenimiento, muchos implantes se salvan.
¿Duele el tratamiento?
Trabajamos con anestesia local y, si lo deseas, sedación consciente para cirugías. El postoperatorio suele controlarse con antiinflamatorios y frío local.
¿Habrá que cambiar la corona o la prótesis?
Solo si su diseño impide una buena higiene o causa sobrecarga. En esos casos, re-diseñar la prótesis forma parte de la solución.
¿La periimplantitis vuelve?
Si mantenemos buena higiene, controles y protegemos la mordida, el riesgo disminuye mucho. El mantenimiento es clave.